5 DE JUNIO

Día Mundial del Medio Ambiente 2021

La especial conformación de la provincia de Segovia, con más de la mitad de su superficie declarada terreno forestal, con la presencia de ecosistemas de especial conservación, especies protegidas emblemáticas, un grado de biodiversidad reconocido, creciente conciencia social, creación de empleo verde y actividad económica potencial en el sector ambiental, configura un adecuado espacio a poner en valor con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente.

Una provincia con destacados ejemplos de economía verde y oficios tradicionales como el de resineros, gabarreros, madereros, pastores, técnicos, agentes forestales, peones etc. y con la presencia de especies como el águila real, águila imperial, alimoche, avutarda común, buitre leonado, buitre negro, nutria europea y ecosistemas como los pinares resineros o los piñoneros, los pinares de pino Valsaín, los rebollares o encinares, los humedales y lagunas, las riberas de nuestros ríos, Duratón, Cega o Eresma, entre otros, conforman un rico ejemplo de ecosistemas a conservar.

La preservación de los ecosistemas es una responsabilidad que concierne a todos -desde gobiernos y organismos para el desarrollo, asociaciones, sindicatos, hasta empresas y ciudadanía en general- y por ello, en el Día Mundial del Medio Ambiente de este año, los socialistas segovianos queremos concienciar sobre la importancia de actuar contra su degradación.

De entre los múltiples beneficios de la biodiversidad como soporte fundamental de la vida, cabe destacar uno clave en estos momentos complicados: nos protege de enfermedades infecciosas y tiene enormes posibilidades de empleo en el territorio lo que asienta población.

La mejor estrategia contra las pandemias es invertir en salud ambiental. La alarmante degradación de los ecosistemas incrementa progresivamente el riesgo de futuras crisis sanitarias.

De aquí a 2030, la restauración de 350 millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos degradados podría generar hasta 9 billones de dólares en forma de servicios ecosistémicos.

La restauración también podría eliminar de la atmósfera de 13 a 26 gigatoneladas de gases de efecto invernadero. Los beneficios económicos de estas intervenciones exceden en diez veces el coste de la inversión, mientras que el precio de la inacción es al menos tres veces mayor que el de la restauración.

Es urgente, pues, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos, pero también en nuestra provincia. Con ello se estará contribuyendo a erradicar la pobreza, a combatir el cambio climático y a evitar una extinción masiva. Para ello es fundamental reconocer el papel de los pobladores en el medio que han conseguido conservar esos espacios como ahora los conocemos.

Todos los gobiernos con responsabilidad deben apostar firmemente por mejorar la salud ambiental, combatir el cambio climático y no permitir la degradación de los ecosistemas. Pero especialmente importancia tiene las políticas que desarrolla la Junta de Castilla y León, como administración competente en muchas de estas materias y que permanece impasible ante el momento histórico que vivimos, donde debe primar el impulso a las políticas ambientales y de preservación del planeta. 

Además, UE ha de situar la biodiversidad en la cúspide de sus prioridades, comprometiéndose con un plan más ambicioso para lograr los objetivos ya establecidos en 2020; hemos de reducir en un 80% la cantidad de recursos naturales que consumimos.

La pandemia del COVID-19, ha puesto en cuestión nuestro concepto de seguridad, estresando hasta su límite los sistemas de salud más robustos, y desencadenando una profunda crisis económica y social, ha evidenciado la estrecha relación entre salud ambiental y salud pública.

La Organización Mundial de la Salud calcula que un 24% de la carga mundial de morbilidad y un 23% de la mortalidad son atribuibles a factores medioambientales. En Europa, nuestro entorno más cercano, se calcula que 1,4 millones de muertes al año son debidas a causas relacionadas con el deterioro del medio ambiente.

La Agenda 2030 ya aporta un enfoque integrado de las políticas medioambientales y sanitarias para proteger a los más vulnerables, y maximizar los beneficios que la naturaleza ofrece en apoyo de nuestra salud y bienestar. Además, la aprobación por parte del gobierno de las 130 medidas para el reto demográfico con una dotación de diez mil millones de euros, supone una importante apuesta del Gobierno de España, para luchar contra la despoblación en el medio rural.

Nuestro compromiso con un desarrollo sostenible incluye avanzar en políticas públicas efectivas de protección del medio ambiente que, a su vez, coadyuven a la protección social y la prevención y promoción de la salud. Para ello, es necesario dotar a los trabajadores públicos dedicados a la protección del medio ambiente, de las herramientas legales, organizativas y materiales, necesarias para un buen desempeño en tan importantes responsabilidades.